En pacientes en los cuales se detecta que el origen del problema de su maloclusión no está en los dientes, sino en el maxilar y en la mandíbula, porque no han crecido de manera adecuada, y ya se ha pasado la infancia y la adolescencia, habiéndose agotado el potencial de crecimiento, el tratamiento de elección es la combinación de Ortodoncia y Cirugía Ortognática.
Podemos encontrarnos con una situación de clase II esquelética, en la cual la mandíbula ha crecido menos que el maxilar, y hay una gran discrepancia antero – posterior entre ambos huesos. Hay mucha “distancia” (resalte) entre los dientes de arriba (arcada superior, maxilar) y los dientes de abajo (arcada inferior, mandíbula). Esto ocasiona una falta de proyección del mentón en el perfil del paciente.
Un tipo de maloclusión, que puede estar asociada además a una clase II o clase III esquelética, es la Mordida Abierta, la cual se caracteriza por una falta de contacto entre los dientes superiores y los inferiores. El origen del problema pueden ser hábitos inadecuados de deglución. Esta mala función en la masticación y deglución, ocasiona esta separación entre los dientes, y da lugar a un desequilibrio en el crecimiento de los huesos.
Todas estas situaciones pueden ir asociados a problemas articulares, a nivel de las articulaciones témporo – mandibulares (ATM’S). Nuestra mandíbula, a ambos lados, articula con la base del cráneo, y entre medias se encuentra un disco articular (similar al menisco de la rodilla). Cuando la manera en la que engranan los dientes no es adecuada, se puede producir una luxación de dicho disco, produciendo una degeneración a este nivel, la cual con el paso del tiempo puede ocasionar signos articulares (chasquidos cuando se abre y cierra la boca) y síntomas (dolor en la zona de los oídos).
En estos casos, se llevará a cabo un tratamiento de Ortodoncia Pre – quirúrgica, en el cual se colocan de manera adecuada los dientes superiores con respecto al maxilar, y los dientes inferiores con respecto a la mandíbula. El problema de la distancia entre ambos huesos, se soluciona con la Cirugía Ortognática, realizada por nuestro cirujano máxilofacial, el Dr. Julio Lizama, que trabaja en conjunto con nuestra ortodoncista, la Dra. Elena Rivero, planificando la cirugía, donde se avanzará o retrasará la mandíbula o el maxilar (dependiendo del origen del problema), quedando un resalte (distancia entre ambos huesos) adecuado. Posteriormente, se lleva a cabo la Ortodoncia Post – quirúrgica, donde se termina de ajustar el engranaje dentario.
Resulta fundamental revisar a nuestros hijos a partir de los 3 años de edad, ya que nos permitirá detectar estos problemas cuanto antes, y poder así actuar a tiempo, pudiendo re-direccionar el crecimiento de los huesos, y solucionar el problema de una manera sencilla, con aparatos de ortopedia que estimulan el crecimiento de la mandíbula (clase II esquelética) o lo inhiben (clase III esquelética), aprovechando el potencial de crecimiento, para intentar evitar que en el futuro el único tratamiento susceptible sea en combinación con una cirugía.
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